Entramos por una pequeña puerta lateral (la única que hay para entrar) situada en el lado del evangelio y una calavera colocada en el dintel de la puerta nos da la bienvenida a la altura de nuestros ojos ( ¡si eres muy alto deberás agacharte para entrar!)
Ya dentro vemos que es una capilla rectangular que ocupa el tamaño de una habitación (más o menos como nuestra «aula casa») forrada literalmente de huesos.
La capilla, está cubierta por una bóveda de crucería y dispuesta en dos secciones, está revestida completamente (a excepción del suelo, que es del siglo XX) de huesos y calaveras, e incluso con tres esqueletos completos en sendas hornacinas.
Justo en el lado opuesto al altar podemos ver un ventanal (proporcionalmente muy grande dado el tamaño de la sala). Este ventanal es la única luz que recibe la capilla y en el poyete podemos ver escrita la siguiente leyenda: «Nosotros, huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos. Dad humanos limosna a las Almas por el amor de Dios»
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